Lectores

viernes, 7 de septiembre de 2007

COMPLACENCIAS DEL SOL

Invade el sol las rutas de tu cuerpo
De cuatro a cuatro y media de la tarde
Todas tus ensenadas las invade.
Pasea por ti sus palmas ruborosas,
Despliega sus banderas,
Echa a rodar su jubiloso océano;
Su oleaje te cae
Precipitado como desde una cima…

Hecho el largo camino de tu cuerpo
Cae a torrentes por el pasto fresco….

PREFACIO




***Tengo tanta necesidad de ternura,besa mis cabellos, los


he lavado esta meñena en las nubes del alba y ahora quiero


dormirme sobre el colchón de la neblina intermitente.


Mis miradas son unos alambre en el horizonte para el descanso de las golondrinas.


Amame.***


Prohibición de respirar

Vivo en las paredes donde la muerte
Tiene colgada su sombra.
Las ventanas cambian de hueco en mano.
De vez en cuando un cielo visita el cielo de mi cerebro,
debido a él los animales se hacen más pesados y caen.
Porque los sonidos fermentan la tempestad,
Yo estudio los gestos de los otros,
Su mal hábito de irse acabando por los pies,
E insectos cubren mi estrella de la frente.

DIARIO DE MUERTE


***Nada tiene que ver el dolor con el dolor


nada tiene que ver la desesperación con la desesperación


Las palabras que usamos para designar esas cosas están viciadas


No hay nombres en la zona muda


Allí , según una imagen de uso, viciada espera la muerte a sus nuevos amantes,


acicalada hasta la repugnanacia y los médicos


son sus peluqueros, sus manicuros, sus asurarios usarios


la mezquinan, la dosifican, la domestican, la encarecen


porque esa bestia tufosa es una tremenda devoradora***

OSCURIDAD HERMOSA

Anoche te he tocado y te he sentido
sin que mi mano huyera más allá de mi mano,
sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído:
de un modo casi humano
te he sentido.
Palpitante,
no sé si como sangre o como nube
errante,
por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube,
oscuridad que baja, corriste, centelleante.
Corriste por mi casa de madera,
sus ventanas abriste
y te sentí latir la noche entera,
hija de los abismos, silenciosa,
guerrera, tan terrible, tan hermosa
que todo cuanto existe,
para mi, sin tu llama, no existiera.

Las Muchachas


Desde mi infancia vengo mirándolas, oliéndolas,
Gustándolas, palpándolas, oyéndolas llorar,
Reír, dormir, vivir;
Fealdad y belleza devorándose, azote
Del planeta, una ráfaga
De arcángel y de hiena
Que nos alumbra y enamora,
Y nos trastorna al mediodía, al golpe
De un íntimo y riente chorro ardiente.